Llevo acompañando en la gestión emocional, el autocontrol y la búsqueda de la propia identidad a jóvenes y familias desde hace 17 años. No puedo darte un número, pero te aseguro, han sido muchas.
Hace dos años descubrí que mi gran pasión estaba centrada en la gestión de los miedos porque, como buena miedosa que soy y he sido, hasta que no los he abordado, gestionado y aprendido a vivir con ellos, no he podido encontrar mi verdadero camino.
He pasado por todo lo que tú estás pasando: miedo a hacer cosas sola, a sentirme aislada, a no tener con quién compartir. Miedo a dejar un empleo seguro, de toda la vida, que se te da bien, para empezar por tu cuenta, para centrarte en lo que realmente te hace feliz
Comenzar a viajar sola, aceptar mis luces y mis sombras. Arriesgar, confiar y salir de mi zona de confort. Por esto, cuando te hablo de estos miedos, no lo hago tan sólo desde mi formación (de la que te hablo más abajo) sino también desde la experiencia de las personas con las que he tenido el placer de cruzarme en el camino y de la mía propia.
Educadora Social, Psicopedagoga y Máster PNL (programación neurolingüísta) de profesión y de corazón. Esta es la formación que me define y qué, sin duda, forma parte de mi estilo de vida.
Estas tres disciplinas se complementan. Las tres nos ayudan a comprendernos un poco más, a aprender a aprender, a mejorar nuestra comunicación, con nosotros mismos y con los demás, y a ser capaces de encontrar esas creencias limitantes que hay detrás de nuestros miedos.
Una vez sabemos para qué están, para qué aparecen; entonces, y sólo entonces, podemos escoger las mejores estrategias para avanzar, junto a ellos, en el camino.
Si te sirve de algo, he de decirte que yo también lo he sentido. Sí, esa punzada en el pecho, o ese pensamiento fugaz (pero efectivo) que nos dice que necesitamos cambiar algo; y sientes ese miedo, ese hormigueo. Y te lanzas.
Sí, yo me lancé. Me lancé a reinventarme, me lancé a viajar sola para por fin, encontrarme más acompañada que nunca. Me lancé a tomar las riendas. Con miedo, mucho. Pero feliz.
La realidad es que al final todos necesitamos que nos acompañen. En lo bueno y en lo malo (como si de un matrimonio se tratara). Necesitamos un abrazo, un lo estás haciendo bien. Necesitamos que nos escuchen y sentirnos valorados. Que nos quieran y que nos perdonen cuando nos equivocamos.
Sólo una cosa más. He conocido cosas bonitas y menos bonitas de la vida. Por esto puedo decirte sin miedo a equivocarme,
Aprender a gestionar tus miedos puede cambiarte la vida
Te avisa, te previene y puede darte la fuerza para salir adelante. Verlo como un enemigo sólo va a paralizarte, a bloquearte y a abandonar.
El miedo no tiene edad. Yo también he tenido que respirar hondo, he llorado, me he secado las lágrimas y he seguido adelante. La sonrisa tu mejor aliado. El viaje merece la pena